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Amor a primera vista

 

Cada vez que nos volvemos a encontrar, ellos se olvidan de las noches enteras que pasamos sin dormir, a fuerza de diálogo, molestias y llantos.

Cada vez que nos volvemos a encontrar, ellos me buscan como si fuese la primera vez. Como una suerte de “amor a primera vista”, para los que creen.

Cada vez que nos volvemos a encontrar, ellos no perciben mi rechazo y mi odio, si, así de fuerte. Resisten. Cuanto más los alejo, más se acercan, como si deseasen lo que no pudiesen tener, como si eligiesen esto que se escucha a menudo por ahí: alguien que no te ama o que no te elige. Una relación amor-odio en la que se sienten muy a gusto.

Después de un tiempo de alimentarse de mi entero ser, ellos se van, en busca de otros cuerpos, en busca de otra gente. Ellos se van, dejándome sin nada. Sin nada no, llena de heridas y de cicatrices. Llena de un “algo” que no sé, o tal vez no me acuerde, cómo se llama ni dónde se ubica.

Pero ellos saben seguir las pistas y descubrirme a través de mis ojos. Porque siempre vuelven. Siempre vuelven hacia mí como si fuese la primera vez: se acercan, revolotean, tantean y me vuelven a elegir: rebeldemente introvertida. Tímida y distante en las apariencias, pero dulcísima cuando hay confianza y cuando se siente a salvo.

© 2018 desinged by Thelma Fardin 

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